Un ajuste fiscal para recuperar el equilibrio presupuestario en Bolivia
Ante el desequilibrio de las cuentas públicas, donde el gasto corriente genera una constante emisión monetaria sin ningún respaldo productivo, desde Populi brindan las posibles soluciones estructurales
Desde el Centro de Estudios Populi se precisó que nuestro país enfrenta un desafío macroeconómico crucial: su déficit fiscal alcanzó los Bs 32.930 millones en 2024, lo que representa un considerable 10,14% del Producto Interno Bruto (PIB). Este desequilibrio ha generado presiones en la estabilidad monetaria y cambiaria, afectando directamente la economía nacional.
Carlos Aranda, economista del Centro de Estudios Populi, precisó que, desde hace 10 años, el financiamiento del déficit se ha sostenido, principalmente, a través del Banco Central de Bolivia (BCB), incrementando el crédito interno neto y expandiendo de manera significativa la base monetaria. Esta expansión, lejos de ser inocua, ha erosionado las reservas internacionales, cuyas consecuencias las vemos hoy en el mercado de bienes y servicios y el dólar.
“La brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo es aproximadamente de 140%. La consecuencia inmediata ha sido el encarecimiento de las importaciones, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares y un aumento en los costos de producción para la industria nacional o, directamente, el derrumbe en el último año de un 18% de importaciones esenciales para el aparato productivo en el último año”, alertó Aranda.
Que remarcó que no es menos relevante el recurso uso de los recursos de los Fondos de Pensiones, a través de la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo, que ha incrementado su exposición a títulos del Tesoro General de la Nación (TGN). Esta práctica desvía recursos del Sistema Integral de Pensiones (SIP) para sostener el gasto público, poniendo en riesgo la sostenibilidad a largo plazo de los fondos de jubilación.
Medidas a realizar
En este contexto, se propone un plan de ajuste fiscal que permita no solo cubrir el déficit, sino generar un pequeño superávit. Este paquete de medidas, calculado en base a las cuentas públicas de 2023 —las más consolidadas y detalladas—, proyecta un ajuste total de Bs 36.094 millones, superando el déficit fiscal en Bs 1.947 millones.
La propuesta incluye diversas partidas clave para alcanzar el equilibrio presupuestario:
Eliminación de transferencias a empresas públicas, una medida que supondrá un ahorro de Bs 13.069 millones, equivalente al 4,19% del PIB. Con esto, se busca eliminar las transferencias corrientes del Gobierno a las empresas estatales, incentivando su autosuficiencia financiera y reduciendo la presión sobre el gasto público.
Reducción del subsidio a los hidrocarburos, un recorte del 80% de esta partida, que generaría un ahorro de Bs 9.980 representando un 3,2% del PIB. Esta medida preservará únicamente el 20% del subsidio para el transporte público, optimizando los recursos fiscales.
Ajuste en salarios burocráticos, que contempla una optimización del 35% en el sector público no esencial, con un impacto positivo de Bs 1.715 millones sobre las cuentas públicas, lo que equivale al 0,55% del PIB.
Reestructuración del gasto de capital, un recorte de Bs 2.193 millones , lo que representa un 0,7% del PIB, concentrado en ministerios y istraciones públicas.
Optimización de gastos en bienes y servicios, proyectando un ahorro de Bs 1.390 millones, correspondiente al 0,5% del PIB, mediante una mejor gestión de los recursos del Estado.
Inversión en infraestructura (ABC), donde se prevé un recorte de Bs 1.247 millones (0,4% del PIB), que será compensado con facilidades para la concesión de obras públicas, asegurando la continuidad de proyectos sin comprometer recursos públicos.
Sin embargo, un ajuste fiscal de esta magnitud requiere más que una corrección en el gasto público, dadas las consecuencias recesivas que se esta generando, observó Aranda.
