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Come to the Rainforest: la fundación de Estados Unidos que busca ar a pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Ecuador

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 Los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) Tagaeri y Taromenane clavan lanzas en el suelo, usualmente en forma de ‘X’, como una advertencia clara: nadie debe cruzar. Ignorar ese mensaje puede ser fatal.

Fecha publicación: 03/06/2025 - 14:57
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  • Una fundación evangélica de Minnesota anunció su intención de ar a los pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV) Tagaeri y Taromenane.
  • Karen Duffy, líder de la fundación Come to the Rainforest, aseguró haberles entregado suministros a través de intermediarios waorani.
  • La Constitución del Ecuador prohíbe cualquier tipo de o con los PIAV y lo considera etnocidio, un crimen sancionado con hasta 19 años de prisión.
  • El caso ocurre tras una sentencia internacional que ordena al Estado ecuatoriano proteger efectivamente a estos pueblos.

Cuando aparecen lanzas en el Yasuní o sus alrededores, en el norte de la Amazonía ecuatoriana, se encienden las alertas. Los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) Tagaeri y Taromenane las clavan en el suelo, usualmente en forma de ‘X’, como una advertencia clara: nadie debe cruzar. Ignorar ese mensaje puede ser fatal.

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La estadounidense Karen Duffy, no obstante, aseguró en un boletín de prensa que circuló en varios medios de su país que estos grupos le habrían ofrecido lanzas “en símbolo de gratitud” porque ella, a través de indígenas waorani, les habría dejado en el bosque enseres y suministros médicos. La mujer evangélica, que preside la fundación Come to the Rainforest, también dijo que pretende fomentar un o pacífico con los PIAV.

“En caso de comprobarse que esta señora trató de ar a los Taromenane, estaríamos frente a una tentativa de cometimiento de un delito”, dice a Mongabay Latam Jimmy Encalada, Subsecretario de Derechos Humanos del Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos.

Una casa de pueblos indígenas en aislamiento captada desde el aire. Foto: Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos

La subsecretaría de Derechos Humanos recibió la primera alerta sobre las intenciones de Duffy el 15 de abril de 2025. Al siguiente día, de acuerdo con Encalada, pidieron a Come to the Rainforest, mediante un oficio, el cese inmediato de cualquier intento de o. También solicitaron que se rectifique la información difundida en distintos portales. Asimismo, se verificó que no existen registros de la fundación en el país.

Los Tagaeri y Taromenane tienen filiación cultural con el pueblo waorani, del que se separaron en la década de 1950, cuando misioneros entraron a su territorio para evangelizarlos y facilitar la implantación de la industria petrolera. Desde entonces, estos grupos, que no serían los únicos que viven en aislamiento voluntario en la Amazonía ecuatoriana, decidieron no tener o con el mundo exterior.

La Constitución del Ecuador, en su artículo 57, establece que la violación a la autodeterminación de estos pueblos, es decir, la voluntad de permanecer aislados, constituye el delito de etnocidio, sancionado con hasta 19 años de prisión.


Un mapa de 2015 que muestra las zonas de conflictos entre colonos, madereros, pueblo waorani, pueblos en aislamiento y petroleras. Foto: cortesía Amazon Frontlines

Los waorani, que comparten su territorio con los aislados, son un pueblo de o Inicial conformado por unas 87 comunidades que se asientan entre las provincias de Orellana, Napo y Pastaza. Tienen un título global sobre un área de 800 mil hectáreas, pero su territorio ancestral habría tenido cerca de dos millones de hectáreas, por lo que su presencia también se extiende sobre el Parque Nacional Yasuní.

“Hemos sufrido mucho por el o impulsado por misioneros evangélicos como usted y por compañías petroleras”, le dijeron a Duffy en un comunicado de Bameno, una de las comunidades visitadas por la extranjera. “Exigimos que usted y su fundación Come To The Rainforest dejen vivir a los pueblos waorani en aislamiento de acuerdo a su propia voluntad”, dice el documento.

Ir al bosque a evangelizar

Duffy fue maestra de historia y los últimos 40 años se ha dedicado a recrear la Guerra Civil de Estados Unidos a través de eventos como bailes y clases de etiqueta, de acuerdo con su sitio web Simply Karen Live!. También es ministra evangélica ordenada. “Pero más importante que todo lo anterior es el amor profundo y la pasión que tiene por los pueblos indígenas remotos de la Amazonía ecuatoriana”, escribió en su biografía.


Karen Duffy promovió en sus redes sociales un proyecto para recaudar fondos para entregar botas, linternas y material bíblico a personas de la tercera edad. Foto: Facebook de Karen Duffy

Duffy visitó por primera vez territorio waorani en 2010, como parte de una misión médica, de acuerdo con una entrevista que ofreció al blog Canvas Rebel. Mongabay Latam buscó insistentemente su versión a través de su correo electrónico y de su cuenta de Facebook, pero Duffy no respondió.

En ese primer viaje conoció a Carlos Godoy, un ciudadano con nacionalidad ecuatoriana y estadounidense que ha trabajado como piloto en la Amazonía ecuatoriana por más de 40 años. “Le dije a Carlos cuánto quería volver y servir a los indígenas”, afirmó Duffy en la publicación. Godoy le habría hablado sobre las carencias de los pueblos indígenas amazónicos, especialmente de los achuar y los waorani.

Juan Bay, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), aseguró a Mongabay Latam estar preocupado por la intervención de Duffy. Señaló que no tener cubiertas las necesidades básicas después de décadas de extracción petrolera de su territorio convierte a los waorani en objetivos fáciles de este tipo de organizaciones. “Es penoso, esto se da por la falta de presencia del Estado”, asegura.


Un colaborador de la fundación (derecha) enseña a de una comunidad cómo usar filtros de agua. Foto: Facebook de Karen Duffy

Duffy habría regresado a Ecuador tras dos meses y después de varias visitas, en 2012, creó la fundación Come to the Rainforest, registrada en el estado de Minnesota. En entrevistas, el boletín y sus sitios web, la evangélica habla sobre las actividades que realiza su fundación, aunque no presenta datos concretos. Sobre todo, profundiza en el llamado que siente para servir a los pueblos amazónicos desde 1982 y de su misión como evangélica.

El objetivo de la fundación, de acuerdo con su website, es “conectar a gente con experiencias únicas para servir y trabajar entre comunidades indígenas a través de experiencias a corto plazo”. Duffy ofrece actividades de ecoturismo, iniciativas educacionales para enseñar inglés o llevar artículos escolares, misiones religiosas, clínicas médicas y programas de entrega de filtros de agua y lámparas solares.


Juan Bay, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador, muestra el Mandato por el Yasuní que fue entregado a la Corte Constitucional. Foto: cortesía Cumbre por el Yasuní

A largo plazo, la fundación busca que los pueblos indígenas enseñen, entrenen, apoyen y sirvan religiosamente a otros indígenas, creyentes o no creyentes. Come to the Rainforest ofrece biblias, programas infantiles, estudios bíblicos y formación de ministros. De acuerdo con el website, han construido una reputación en estos principios y por eso las comunidades reciben a los de la fundación “con brazos abiertos”.

Un aliado clave

Godoy, quien conoce bien las comunidades que cuentan con pistas de aterrizaje, fue nombrado vicepresidente de la organización. Mongabay Latam se comunicó con el piloto a través de su o de Whatsapp, pero no respondió a la solicitud de entrevista.

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La fundación de Duffy entrega pan a los niños de la comunidad de Toñampade, considerada la capital waorani. Foto: Facebook de Karen Duffy

Una comunicadora amazónica que prefiere no ser nombrada contó a Mongabay Latam que Godoy fue piloto de una aerolínea de la extinta Organización de los Pueblos Indígenas de Pastaza (OPIP). “En esa época no había mucha educación entre los pueblos indígenas, entonces se les entregaba toda la responsabilidad a los pilotos. Ellos se aprovecharon de la OPIP”, dice en referencia a que habrían existido pérdidas de dinero.

En Canvas Rebel y en el boletín difundido, Duffy aseguró que solo acuden a comunidades que así lo solicitan. Sin embargo, la comunicadora amazónica consultada por Mongabay Latam contó que en el pasado, Godoy le ó de manera insistente y le invitó a cenar para hablarle sobre su fundación. La joven indígena no aceptó las invitaciones. Además, no descarta que ese haya sido el mismo mecanismo usado para entrar a las comunidades waorani y achuar.

“Visitar nuestra comunidad y regalar lámparas no es lo mismo que trabajar con nosotros”, aclararon los de Bameno en su comunicado. En el documento también aseguraron que “es falso manifestar que Kemperi y Meñemo [dos ancianos de la comunidad] aceptaron a Jesús como su Dios y Salvador”. Además, censuraron el uso de imágenes de de su comunidad y exigieron desistir de hacerlo en cualquier tipo de publicación de la fundación.


El equipo de la fundación Come to the Rainforest, durante las clínicas de visión. Foto: Facebook de Karen Duffy

Una campaña de expectativa

Duffy habría visitado alrededor de seis comunidades waorani a lo largo de varios años. La subsecretaría de Derechos Humanos recabó que la mujer evangélica entró al país en calidad de turista. “El turismo no está prohibido, está prohibido tomar o con los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario”, recalca Jimmy Encalada.

En el boletín de prensa que Duffy circuló en varios medios estadounidenses anunció que a mitad de año publicará un libro llamado Encounters with the Uned (Encuentros con los no ados). El libro recoge las experiencias de Muipa, un líder de la comunidad de Wentaro, que ha documentado las interacciones con los Taromenane desde 2018.

Darío Villacís, quien entre 2015 y 2020 trabajó en el área de protección de los PIAV (que estuvo bajo un ministerio que cambió en varias ocasiones de nombre hasta convertirse en el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos), cuenta que tras las primeras alertas, técnicos del equipo visitaron la comunidad.


Karen Duffy, centro, junto a colaboradores de su fundación e indígenas waorani en Palm Beach, como fue llamada la playa en la que cinco misioneros evangélicos estadounidenses fueron lanceados por un grupo de guerreros waorani en 1956. Foto: Facebook Karen Duffy

Los especialistas estuvieron varios días en la zona, donde hicieron inspecciones, pero no encontraron huellas ni caminos, señales que suelen registrarse en los lugares donde circulan los PIAV. También hicieron un monitoreo satelital en búsqueda de desbroces, chacras o zonas habitadas, pero fue infructuoso.

Villacís sabe que hay estudios antropológicos que señalan que en esa zona hay un corredor usado por los PIAV, por lo que es necesario continuar con los monitoreos. Sin embargo, se niega a afirmar que en las cercanías de Wentaro haya movimiento de PIAV hasta que no haya pruebas contundentes, como registros de lanzas o imágenes satelitales.

El especialista territorial dice que lo que sí se identificó es que Wentaro tenía muchas carencias de servicios básicos, alimentación, salud y educación. Después de la visita técnica, se coordinó con otras instituciones gubernamentales para realizar jornadas de atención.


Artesanías tradicionales waorani. Foto: Come to the Rainforest

“A veces los pikenani [los ancianos] cuentan historias, pero como no tienen la misma dimensión del tiempo que nosotros, no queda claro si los hechos que relatan fueron ayer o hace décadas”, dice para explicar de dónde pudieron surgir las alertas de los avistamientos.

Encalada agrega que mientras Duffy estuvo en territorio waorani no hubo alertas. Por eso, cree que probablemente no hubo el intercambio del que habla la extranjera. “Puede tratarse de una campaña de expectativa para vender el libro”, dice.

El reto de proteger a los PIAV

Encalada, que asumió la dirección de la Subsecretaría en 2023, cuenta que recibió un sistema de monitoreo para la protección de los PIAV “bastante complejo”, pues abarca dos millones de hectáreas, que incluyen la Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ZITT) y el área de influencia.


Karen Duffy ha visitado al menos seis comunidades waorani desde 2010. Foto: Facebook de Karen Duffy

La ZIIT es una superficie de unas 800 000 hectáreas donde no se pueden realizar actividades extractivas para proteger a los PIAV. Se sobrepone al territorio reconocido de la NAWE y al Parque Nacional Yasuní. Sin embargo, la Constitución permite la realización de actividades consideradas de interés nacional. Así, en 2013 se dio paso a la explotación petrolera del Bloque 43, también conocido como ITT, por las siglas de Ishipingo, Tambococha y Tiputini.

En 2023, los ecuatorianos votaron en consulta popular para que se pare la extracción petrolera del Bloque 43 y la Corte Constitucional ordenó que el mandato tenía que cumplirse hasta agosto de 2024. Sin embargo, días antes del plazo, el gobierno de Daniel Noboa anunció que el cese de actividades y el plan de retiro se cumplirían como mínimo en cinco años.

En 2025, la Corte Interamericana de Derechos Humanos notificó una sentencia en la que reconoció que Ecuador vulneró los derechos de los PIAV por permitir el avance de la frontera petrolera, colona y agrícola, acorralando a los pueblos aislados y sometiéndolos a enfrentamientos con madereros ilegales y colonos.

El estado ecuatoriano creó la FDV para frenar la deforestación que amenaza a los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario. Foto: Armando Prado.

La deforestación amenaza a los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario. Foto: Armando Prado

El Estado tiene la orden de hacer todo lo que esté en sus manos para evitar estas presiones. Encalada reconoce que en istraciones anteriores se recortaron los fondos para la protección de los PIAV y durante su istración se está buscando alianzas con la cooperación internacional. Por el momento, un equipo interdisciplinario trabaja en el levantamiento de información y otro en el patrullaje de las zonas de movilidad de los PIAV.

La sentencia establece, entre otros, el cumplimiento de la consulta popular y que se cree una Comisión Técnica de Evaluación de la ZITT, pues se ha comprobado que los PIAV se movilizan en zonas más amplias que la delimitada. Encalada dice que ya se arrancó con la creación de la comisión, pero no detalló los avances.

La NAWE, por su parte, está trabajando en un protocolo para la protección del territorio waorani. Juan Bay agrega: “Para nosotros proteger el territorio no es nuevo, así garantizamos el derecho a la vida de las generaciones que vienen”.

Imagen principal: la estadounidense Karen Duffy, junto a indígenas waorani y colaboradores de su fundación. Foto: Come to the Rainforest

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