Perú perdió una extensión de vegetación natural equivalente a Suiza en las últimas cuatro décadas

La minería también tiene su cuota de afectación a los bosques, ya que, según el estudio, el avance de esta actividad creció en un 2325 % en todo el país, entre 1985 y 2024.
- Según el último reporte de la plataforma MapBiomas Perú, el país perdió 4.1 millones de hectáreas de su vegetación natural en los últimos 40 años.
- Entre las causas está el crecimiento de las áreas agropecuarias, con la palma y el arroz entre los cultivos con un mayor incremento.
- El bosque seco ecuatorial ha sido el bioma más afectado en términos porcentuales.
- La minería también tiene su cuota de afectación a los bosques, ya que, según el estudio, el avance de esta actividad creció en un 2325 % en todo el país, entre 1985 y 2024.
En las últimas cuatro décadas, Perú perdió una extensión de vegetación natural equivalente al tamaño de todo un país: Suiza. Esto significa que la cobertura boscosa y vegetal disminuyó en 4.1 millones de hectáreas entre 1985 y 2024, según el reciente análisis elaborado por MapBiomas Perú, una plataforma que evalúa la cobertura y los cambios del uso de suelo en el país y que forma parte del proyecto Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).
En este mismo período de tiempo, el uso antrópico del territorio peruano creció en 4.6 millones de hectáreas, un aumento que según este análisis representa el 44 % en comparación con su extensión inicial en 1985.
En esta reconfiguración constante del territorio peruano aparecen las actividades agropecuarias. La extensión dedicada a diversos cultivos y a los pastos pasó de 10 millones de hectáreas en 1985 a más de 14.2 millones de hectáreas en 2024. Entre los cultivos que más aumentaron su extensión en estos 40 años están la palma aceitera y el arroz.
Otro de los factores que ha influido en este cambio de cobertura es la minería, con un incremento de 2325 % de la actividad en todo el país en los últimos 40 años. Pasó de ocupar 7037.2 hectáreas del territorio en 1985 a un total de 170 627.7 hectáreas en 2024.
Los resultados de este estudio, reunido en la Colección 3 de MapBiomas Perú —elaborados por el Instituto del Bien Común (IBC), miembro de RAISG—, presenta también los resultados de la pérdida de vegetación por departamentos y por distritos, así como el análisis de los cambios que han ocurrido en estas cuatro décadas en cuatro biomas del país: Amazonía, Andes, Bosque Seco Ecuatorial y Desierto Costero.
Amazonía y Bosques Seco Ecuatorial: dos biomas que se pierden
En los últimos 40 años los bosques han sido los ecosistemas que más se han perdido en Perú. El análisis de MapBiomas indica que solo en la Amazonía desaparecieron 3 000 000 de hectáreas, principalmente bosques, pero también de otras formas de vegetación. Se reduce así el 4.1 % de su extensión con relación al año 1985. Sin embargo, fue el Bosque Seco Ecuatorial el que tuvo un mayor retroceso en proporción a su tamaño de hace cuatro décadas, pues se redujo en un 9 % con relación a 1985.
“El bosque seco ecuatorial tiene varias formaciones vegetales dentro, incluyendo los bosques, de forma específica, y es ahí donde se ha experimentado una pérdida del 9 % de la superficie. Eso a mí me parece un dato preocupante”, dice a Mongabay Latam Renzo Piana, director ejecutivo del Instituto del Bien Común (IBC).
Piana explica que en términos absolutos, la cantidad de bosques que se ha perdido en la Amazonía en estos 40 años es muchos más. Sin embargo, la reducción de un 9 % del bosque seco ecuatorial —ubicado en el norte de Perú y que se extiende entre Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad, Cajamarca y Áncash— es muy significativa porque se trata de un bioma mucho más pequeño, cuya superficie original bordea los 3 500 000 hectáreas. “Perder 300 000 hectáreas es bastante y tiene impactos muy negativos sobre el bioma”.
El especialista de IBC agrega que se debe mirar lo que está pasando más allá de las fronteras de Perú, puesto que “los ecosistemas y los procesos ecológicos no reconocen fronteras” y son afectados por “decisiones políticas que pueden tener un impacto positivo o negativo sobre un ecosistema que es compartido entre países”. En ese sentido, Piana menciona lo que ha sucedido con los bosques secos en Ecuador, donde la pérdida de este bioma llega casi al 40 %.
Gran parte de la pérdida de los bosques y la vegetación natural en ambos biomas en Perú —Amazonía y Bosque Seco Ecuatorial— se debe al crecimiento de las actividades agropecuarias, dentro de las que destacan los cultivos de palma y arroz.
La palma pasó de ocupar 10 781 hectáreas en 1985 a una extensión de 125 294 hectáreas en 2024, un aumento del 1062.2 %. En el caso del arroz la extensión cultivada se triplicó en las últimas cuatro décadas: de 76 041 hectáreas en 1985 pasó a 222 658 hectáreas en 2024, es decir, un incremento del 192.8 %.
“Al aumentar las áreas usadas para instalar estos cultivos, estamos reemplazando otras áreas que originalmente pueden tener otros usos o haber sido coberturas naturales. Este año hemos logrado ver en cifras y confirmar que el arroz está creciendo significativamente en la Amazonía y que está reemplazando coberturas naturales”, señala a Mongabay Latam Sandra Ríos, coordinadora del Área de Monitoreo del Instituto del Bien Común (IBC).
Ríos explica que para el caso del arroz se observa que, en 1985, el 54 % de los cultivos de arroz estaban en el Desierto Costero y el 6 %, en la Amazonía. Sin embargo, para 2024, la extensión del arroz creció significativamente en la Amazonía hasta alcanzar el 35 % de la extensión total de este ecosistema.
Mientras, en el Desierto Costero el arroz se redujo a un 32 % del bioma. Esto significa que en ambos se extiende casi la misma superficie de este cultivo. “El crecimiento de la superficie de arroz en la Amazonia ha significado la reducción de 16 348 hectáreas de vegetación natural”, agrega la especialista del IBC.
Según el análisis de la Colección 3 de MapBiomas, el 22 % del arroz que se encuentra actualmente sobre la Amazonia está asentado en territorios que en 1985 eran vegetación natural. En el caso del Bosque Seco Ecuatorial, el 12 % de las hectáreas de arroz cultivadas actualmente eran vegetación natural en 1985. Para los Andes, el porcentaje es del 24 %, mientras que en el Desierto Costero fue del 2 %.
“En función del análisis multitemporal hemos podido ver que se ha trasladado una mayor superficie de siembra de arroz a la selva”, dijo a Mongabay Latam César Santiesteban, director general de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
Santiesteban agrega que esto está ocurriendo porque el cultivo de arroz demanda una gran cantidad de agua y en la costa peruana, donde se habían instalado la mayor cantidad de sembríos, hay menos disponibilidad de recursos hídricos. Por eso, de manera progresiva, la superficie sembrada de arroz se está trasladando a un área geográfica con mayor disponibilidad de agua, como la Amazonía. El funcionario señala también que este crecimiento de áreas sembradas en la Amazonía se está dando sobre territorios que ya han sido intervenidos hace 10 o 15 años.
El crecimiento urbano ha sido otro factor clave en la transformación del territorio. Entre 1985 y 2024, la infraestructura urbana se expandió en 236 353 hectáreas, la mayor parte en el Desierto Costero. En esa expansión urbana, la mayor presión estuvo en las lomas costeras que perdieron cerca de 23 000 hectáreas de su territorio.
El incremento exponencial de la minería
Otro de los datos relevantes del análisis de las últimas cuatro décadas es el incremento de la minería sobre la vegetación natural. En todo el país la minería ha pasado de ocupar 7037.2 hectáreas en 1985 a un cifra de 170 627.7 hectáreas en 2024, es decir, 23 veces más de lo que había hace cuarenta años. En términos porcentuales ha significado un incremento de 2342 %.
Sin embargo, ha sido en la Amazonía donde el crecimiento de la minería fue mayor, con un aumento de 157 veces su extensión entre 1985 y 2024. En este bioma, la extensión minera pasó de 619.7 hectáreas en 1985 a una cifra de 97 002.2 hectáreas en 2024. Un aumento sostenido que le ha costado miles de hectáreas de bosques a la Amazonía peruana, principalmente en la región de Madre de Dios, afectada por la extracción ilegal de oro. Esta región concentra el 50 % de la superficie minera de todo Perú.
“El incremento ha sido astronómico”, comenta Piana. “Si bien el número absoluto de hectáreas bajo minería no es muy grande en términos de la extensión total de la Amazonía, el hecho de que se haya incrementado a esa velocidad, a un porcentaje tan alto, ya nos está indicando que hay una situación que se está saliendo de control”, añade Piana.
Junto con Madre de Dios, en la lista de los 10 departamentos con presencia de minería están Puno, con 5.9 % de su territorio afectado por esta actividad; Arequipa, con 4.1 %; Ica, con 3.8 %; Cajamarca, con 3.7 %. En esta relación también está La Libertad con 3.7 %; Cusco y Moquegua, con 3.3 %; Lima, con 2.9 %; y Tacna, con 2.8 %.
Andrea Bravo, responsable técnica de cobertura y uso del suelo de MapBiomas Perú, destaca también el análisis por departamentos, provincias y distritos que es posible hacer a través de la plataforma. “Es relevante ver los cambios que ha habido a nivel de distrito y lo más representativo que ocurría en cada uno de ellos”.
En este análisis, Madre de Dios ocupa el quinto lugar entre los departamentos con mayor pérdida de vegetación en los últimos 40 años, con 296 456 hectáreas de vegetación arrasadas principalmente por presión de la minería de oro.
Esta lista la lidera Loreto, con más de 600 000 hectáreas. Le sigue Huánuco, con 594 000 hectáreas; en tercer lugar está San Martín con 504 000 hectáreas; y Ucayali, en el cuarto, con 406 000 hectáreas. Los cinco departamentos que lideran la tabla están ubicados en la Amazonía.
Imagen principal: el 22 % de los cultivos de arroz que se encuentran actualmente sobre la Amazonia está asentado en territorios que para 1985 eran vegetación natural. Foto: Yvette Sierra Praeli


