María Luisa Quiroga: Un corazón que late en cada creación

Tiene 83 años, es una mamá orgullosa de la crianza de sus cuatro hijos, once nietos y cinco bisnietos. Ha descubierto su pasión artística por la pintura en cerámica con más de mil piezas hechas a mano
A lo largo de sus 83 años, María Luisa Quiroga Zambrana ha tejido una historia llena de creatividad y dedicación que ha podido compartir a sus hijos Carlos Alberto, Marianela, Rodolfo y Luis Ernesto (+), sus once nietos y cinco bisnietos. Desde su juventud, se destacó como profesora en el Colegio Josefina Goitia y accionista del Colegio Amadeus Mozart, sembrando conocimiento en las nuevas generaciones. Sin embargo, su vida tomó un giro inesperado al casarse y entregarse por completo a las labores agropecuarias. Su amor por la artesanía nació en los años 50, cuando descubrió el tejido a crochet y a palillo, pero fue la cerámica esmaltada la que realmente capturó su esencia artística.

El día que entró a un pequeño taller de cerámica marcó el inicio de una nueva pasión. En sus manos, cada pieza de cerámica se convirtió en una obra con alma, reflejando su amor por los detalles pintados a mano. Durante los últimos 24 años, María Luisa ha dado vida a más de mil piezas únicas, convirtiéndose en un testimonio de perseverancia y amor al arte. Ahora, junto a su hija Marianela, ha decidido compartir su arte con el mundo, no solo por la falta de espacio, sino por el deseo de que cada creación cuente una historia en nuevos hogares.
¿Cómo descubrió su pasión por la pintura en cerámica?
Siempre fui iradora de las cosas pintadas a mano, esos detalles únicos que transmiten calidez. Pintar era un sueño que guardaba desde hace muchos años. Un día, en el condominio Buganvillas, se abrió un pequeño taller de cerámica y sin pensarlo me inscribí. Desde la primera clase sentí que ese era mi lugar. A partir de ahí, nadie me detuvo. En estos 24 años he pintado más de mil piezas en cerámica esmaltada. Cada una de ellas tiene su historia. Actualmente, junto a mi hija Marianela, decidimos comenzar a venderlas porque ya no tenemos espacio en casa para tantas creaciones.
¿Qué la inspira al momento de crear sus diseños y elegir los colores?
Cada diseño nace de una emoción, de un recuerdo, de un estado de ánimo. Para mí, pintar fue una terapia que me permitió canalizar mis sentimientos y enfocarme en lo positivo.

La profesora Ruzena Alcázar, a quien siempre estaré agradecida, nos enseñó a plasmar dibujos en la cerámica y luego aplicar las técnicas adecuadas para darles vida. Ella nos impulsaba a jugar con las combinaciones de colores, a no tener miedo de experimentar y a expresar lo que teníamos en mente. Pintar me dio libertad creativa y una gran satisfacción personal. Es un proceso muy íntimo, donde una se conecta con el arte y consigo misma.
¿Recuerda cuál fue su primera pieza de cerámica pintada?
Claro que sí. Fue una jarrita sencilla, en la que practicamos una técnica básica con pequeños trazos llamados, comas. Aunque ya no la conservo, la recuerdo con mucho cariño. Esa pieza me ayudó a perder el miedo al pincel y a desarrollar confianza en mis manos. Con cada trazo iba afianzando lo aprendido y descubriendo nuevas formas de expresión. Fue el inicio de un largo y hermoso camino artístico.
¿Tiene una cerámica especialmente significativa para usted?
Todas mis piezas tienen un valor especial. Cada una fue creada con amor y dedicación. No hay dos iguales. He pintado jarras, tazas, lámparas, vírgenes, relojes, platos, fuentes, adornos navideños y mucho más. Cada objeto tiene su esencia, su inspiración particular.
Hay piezas que me recuerdan etapas de mi vida, otras fueron creadas para regalar a personas especiales. Lo que más me emociona es ver cómo mi arte ha llegado a muchas casas, y cómo lo valoran quienes lo reciben.
¿Cómo se siente al seguir creando a los 83 años?
Feliz. Pintar me mantiene activa, me llena de energía. Siento que mientras mis manos puedan moverse, siempre tendré algo que crear. Esta actividad es parte de mi vida, me conecta con mi esencia, con ese sueño de juventud que pude cumplir.
Ahora, junto a mi hija, organizamos una exposición en casa con motivo del Día de la Madre. Son piezas únicas, elegantes, hechas con cariño. Estamos invitando a quienes quieran adquirirlas a que nos en por el WhatsApp 766-51005.
¿Qué consejos les daría a quienes desean iniciarse en la pintura en cerámica?
Que lo hagan sin miedo. Si sienten pasión por la pintura, no deben dejar pasar la oportunidad de aprender. Este arte requiere paciencia, práctica y mucha observación, pero también es profundamente gratificante. Cada pieza es un mundo distinto. Con el tiempo uno aprende a dejar huellas en cada trazo. No hay límites cuando se trabaja con amor. Además, es una actividad que relaja, conecta y fortalece la autoestima.
¿Tiene alguna rutina especial al momento de crear sus pinturas?
Sí, desde hace muchos años mantengo una rutina que disfruto mucho. Cuando el taller donde tomábamos clases cerró, decidimos continuar con las sesiones en la casa de nuestra querida profesora. Así que cada lunes nos reunimos un grupo de amigas para seguir pintando y compartiendo. Esos momentos son muy especiales. No solo pintamos, también reímos, conversamos y aprendemos unas de otras. Es un espacio de amistad, arte y crecimiento.
¿Cómo se realiza una pieza de cerámica esmaltada?
El proceso comienza con una pieza de cerámica sin pintar, llamada biscocho. Una vez definido el diseño, se aplican los colores con pinceles especiales. Luego se cubre la pieza con un esmalte transparente que protege y resalta la pintura. Finalmente, se hornea a altas temperaturas para fijar los colores y hacer la pieza resistente al uso. En casa tengo todo un pequeño laboratorio: pinceles, esmaltes, pigmentos y hasta un horno que compré especialmente para practicar. Sin darme cuenta, mi hogar se llenó de arte. Es un rincón muy especial que me acompaña día a día.
¿Practica algún otro tipo de arte?
Sí, desde niña me encanta tejer. El crochet y el palillo son otros de mis grandes amores. Me gusta hacer manteles, carteras, tapetes y todo lo que mi imaginación me dicte. También en ese arte hay una magia que me acompaña desde siempre.


